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Éstos son los principales factores que pueden ayudar a su empresa a motivar a sus trabajadores:

    • El sueldo. Las compensaciones económicas son un elemento más, pero no el central para motivar a su plantilla.
    • Planes de compensación flexible. Los empleados valoran muy positivamente la concesión de beneficios sociales como cheques guardería, ticket restaurante, coche de empresa… Especialmente si tienen la posibilidad de elegir los que más les convienen dentro de un paquete de beneficios (plan de compensación).
    • Sistemas de remuneración variable. Implantar un sistema de retribución variable (por ejemplo, a través de la concesión de primas o incentivos) en el que se dé a los empleados la posibilidad de ganar más si consiguen determinados objetivos es un importante factor de motivación en el que ganan tanto la empresa como los empleados.
    • Reconocer los logros. Agradezca y reconozca a los trabajadores que han obtenido algún logro importante o que han cumplido alguno de los objetivos planteados por su empresa. Reconozca la labor de cada uno de ellos. Trate de recompensar, ya sea económica o emocionalmente, a todos los empleados que destaquen por el desempeño de su puesto.
    • Autonomía e independencia. En la medida de lo posible, dé margen a sus trabajadores para que hagan propuestas, tengan una parcela de autonomía en su trabajo y participen en la toma de decisiones.
    • Fomentar la escucha y el feedback. Si el tamaño de su empresa o su número de empleados lo permite, tómese un tiempo para conversar y conocer a sus trabajadores, sus expectativas vitales y sus intereses. También le será de utilidad escuchar sus observaciones sobre el funcionamiento de las actividades o proyectos de su empresa o de los procedimientos habituales. No sólo les hará sentir que su opinión cuenta, sino que también podrá conseguir ideas interesantes para mejorar el funcionamiento de su empresa. También puede plantearse implantar diversos mecanismos de comunicación con su plantilla (buzón de sugerencias, e-mail, intranet, revista corporativa…) para que los trabajadores puedan hacerle llegar sus impresiones, opiniones o sugerencias de mejora de la empresa.
    • Trazar un plan de comunicación. Intente ser transparente con sus trabajadores en la medida que lo permitan los planes de su empresa. Dé información sobre lo que funciona y lo que no, cuente los planes y proyectos de futuro y dé a conocer los logros de sus compañeros. Y también infórmeles de cómo se deben hacer las cosas y de lo que no ha dado resultado para que no cometan los mismos errores.
    • Formación. Si su empresa cuenta con planes de formación para sus empleados, les estará enviando una clara señal de que usted cree en su desarrollo profesional, al ofrecerles más oportunidades para crecer y avanzar y en su formación tanto profesional como personal.
    • El respeto. La cortesía debe regir las relaciones entre sus trabajadores y así debe hacérselo saber. El objetivo de las críticas debe ser mejorar los resultados o los procedimientos de trabajo y en ningún caso destruir la autoestima de sus empleados.
    • Meritocracia. Cada ascenso en su empresa debe estar justificado por una sola premisa: la elección del mejor profesional para cada puesto. Evite que sus trabajadores piensen que los “enchufados” son los que llegan alto.
    • Flexibilidad horaria. La rigidez sólo puede tener como consecuencia que su empleado se sienta frustrado y tenso cuando, por circunstancias personales, necesite adaptar o cambiar su horario de trabajo (por ejemplo, para hacer gestiones o trámites, llevar a su hijo al colegio, acompañar a un familiar a consulta médica…) Si la organización de su empresa y los puestos que ocupan los trabajadores lo permiten, es aconsejable apostar por la flexibilidad horaria. Hay varias fórmulas posibles.
    • Políticas de conciliación. Ayudar a los empleados a que concilien mejor es una de las herramientas más poderosas de motivación que existen.